Aunque “realidad aumentada” es ya un término de uso común, resulta interesante revisar el tipo de respuestas que uno puede recibir si se le ocurre preguntar (vía Facebook, por ejemplo) el significado de esta expresión. Entre mis contactos, un par de aficionados a los videojuegos recurrió a su principal fuente de entretenimiento para elaborar su explicación. Uno más aprovechó para darle vida al filósofo que lleva dentro con una interesantísima disertación que, sin embargo, dudo algún día encontrar el tiempo necesario para terminar de leer. Tampoco faltó el travieso que hablara sobre psicotrópicos ni el pícaro al que, desde su cómoda mundanidad, le bastaran solo tres palabras para dar la respuesta más contundente de todas las que leí: “Tetas con silicón”.
Y aunque prácticamente todas las respuestas tuvieron algo de cierto, ninguna de ellas hizo referencia a lo que buscaba, con miras a escribir sobre lo que Pau Waelder Laso, investigador en arte y cultura digital, define como “la visualización del entorno real por vía directa o indirecta, con la incorporación de elementos generados por un ordenador (sonido, video, texto, imagen o datos obtenidos por un GPS)”. De acuerdo con esta definición, digamos que la realidad aumentada es también una realidad mixta, en la que se conjugan elementos físicos y virtuales en tiempo real.
Para aterrizar lo anterior hablemos de Wikitude World Browser, una aplicación para dispositivos móviles conocida como “la enciclopedia del futuro”. Basta apuntar el teléfono en una dirección determinada (como si fuéramos a tomar una foto), para que la aplicación nos muestre, a través del monitor y sobre el paisaje real, información sobre hoteles, restaurantes, hospitales, sitios históricos y prácticamente cualquier lugar que tengamos frente a nosotros del cual haya información pública. Otra aplicación útil para ejemplificar esta monería es Star Walk, que ofrece toda la información imaginable sobre los cuerpos astrales (léase estrellas, satélites, planetas, etcétera) una vez que orientas tu dispositivo hacia el cielo.
¿Imaginas ese día en que, solo con enfocar a una persona frente a ti recibas información sobre su perfil (vía Facebook, Twitter o LinkedIn, por ejemplo)? Para bien o para mal, ese momento parece mucho más cerca de lo que hace apenas unos años pudimos haber imaginado.