
Frente a un plato de sopa humeante, 7 advierte que algo no anda bien. Por la vista y por el olfato entiende que tiene al alcance unas lentejas, un platillo que le encanta. A la derecha, sobre un mantelito individual, descansa un juego de cubiertos. Conoce los utensilios, como todo lo demás que ve a su alrededor. No tiene que ir al fondo de su memoria para encontrar registro de ello. Está todo ahí, a su disposición desde la superficie, salvo por un detalle mínimo: no recuerda cómo se usa una cuchara.
Ni la lógica ni la memoria le funcionan en este punto y ya ha empezado a salivar. En otras circunstancias, ya tendría medio plato dentro. Al fin hombre práctico, 7 toma el recipiente con ambas manos y lo acerca a su boca decidido a desaparecer el contenido a tragos.
Librado el obstáculo y saciado el antojo, nuevas incógnitas se abren paso para ponerlo en jaque: ¿quién diablos es 7, dónde se encuentra y qué carajos está haciendo ahí?